El 20 de junio se celebra en la República Argentina el Día de la Bandera.
Fonte: argentina.gob.ar
El 20 de junio se celebra en la República Argentina el Día de la Bandera, en conmemoración a su creador: Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, fallecido ese mismo día en el año 1820. Cuenta la historia que Belgrano propuso crear una escarapela nacional, para que el ejército tuviera una insignia en común, y fue el Triunvirato quien aprobó la idea: “Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste”.
Cuadro de Manuel Belgrano.
De esta manera, allá por 1812, Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores, usada por primera vez en la ciudad de Rosario, a orillas del río Paraná, donde el ejército tomó juramento a favor de la libertad y la independencia.
Bandera Macha
Esa misma bandera estuvo perdida durante años y los expertos del Museo Històrico Nacional, donde se exhibe actualmente, explican que se trata de una de las dos Banderas de Macha, nombre adquirido por haber sido hallada en 1883 en la capilla de Titirí, al norte de Bolivia, en la ciudad de Macha. Es la primera insignia patria.
La Bandera Macha, la primera insignia patria, puede visitarse en el Museo Histórico Nacional
Fue el cura Martín Castro quien las halló. “Al recorrer la capilla, se detuvo frente a unos cuadros de Santa Teresa que descolgó, y al arrancar los marcos se encontró con dos grandes banderas de más de dos metros de largo”, cuenta Viviana Mallol, magíster en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano y coordinadora técnica del Museo.
Una de ellas, de 2,34 por 1,56 metros, era de seda despulida, con tres franjas horizontales: celeste, blanca y celeste; la otra, de parecido tamaño, pero con distintos colores: roja, celeste y roja. Sin embargo, con el correr tiempo, se demostró que el rojo fue generado por una decoloración de otro material que se encontraba en el cuadro donde estaban guardadas.
El escondite
Dos años después, en 1885, el nuevo párroco de Macha, Primo Arrieta, decidió realizar una limpieza a fondo de la capilla. Al ser retirados los cuadros de Santa Teresa, aparecieron las banderas. Luego de algunas investigaciones, Arrieta encontró que el entonces cura de Macha había estado en una gran batalla y fue él quien perseguido ocultó las banderas en el cuadro antes de darse a la fuga.
Arrieta continuó su investigación para reconstruir la campaña de Manuel Belgrano en el Alto Perú, hasta su última batalla: Ayohuma. Se enteró, entonces, que antes de la derrota, Belgrano vivió en esa casa parroquial de Macha, donde se ocultaron las banderas para que no cayeran en manos de los realistas, contra quienes luchaban. Y allí quedaron ambas hasta finales del siglo XIX.
La devolución
Tras la fundación del Museo Histórico Nacional, y por iniciativa de su primer director, Adolfo Carranza, se iniciaron gestiones con el gobierno de Bolivia para la devolución. Y entonces, en 1896, el gobierno de Bolivia, en un gesto de confraternidad, entregó la bandera celeste-blanca-celeste a la Argentina, que hoy puede verse en el Museo. La otra quedó allí, y se conserva en el Museo Casa de la Libertad de Sucre.
“Una es negativo de la otra. La primera es indudablemente argentina, la segunda posee los colores argentinos, pero invertidos. También es una bandera nacional, solo que a dos franjas blancas y una celeste. No sabemos exactamente cuántas franjas tenía la primera bandera nacional, pero sabemos que fue celeste y blanca, porque así lo señala Belgrano cuando dice que mandó hacerla conforme a los colores de la escarapela nacional, aunque no aclara si fue a dos franjas blancas y una celeste, dos franjas celestes y una blanca o una franja celeste y otra blanca”, explica Viviana.
La restauración
La bandera fue restaurada entre junio de 2007 y diciembre de 2009 con el objetivo de estabilizar el textil teniendo en cuenta los criterios de restauración de mínima intervención, reversibilidad y utilización de materiales estables de conservación para consolidarla y darle estabilidad física y una lectura estética apropiada para su exhibición en condiciones adecuadas.
La restauradora textil María Pía Tamborini brindó detalles sobre el proceso de recuperación de la Bandera de Macha, la insignia patria que en 1812 acompañó a Manuel Belgrano al Alto Perú.
“Soy como una médica de los textiles”, se definió María Pía Tamborini, la restauradora que en 2009 le dio nueva vida a la primera bandera patria. En una charla en el Museo Nacional de la Historia del Traje compartió con el público los secretos del trabajo que, con precisión quirúrgica, llevó adelante para preservar la emblemática insignia, conocida como Bandera de Macha.
El proceso de restauración del textil es tan fascinante como la historia de la propia bandera, que en 1812 acompañó a Manuel Belgrano en las batallas del Alto Perú; y que muchos años después fue encontrada detrás de un cuadro en una parroquia de Macha, Bolivia. Había sido escondida por el ejército de Belgrano para preservarla de los enemigos. La bandera, junto a otra blanca con una franja celeste -denominada Bandera de Sucre- fue encontrada por un párroco mientras limpiaba su capilla. En 1896 el gobierno boliviano cedió la Bandera de Macha al Museo Histórico Nacional argentino, donde se exhibe desde entonces.
Tamborini comenzó a trabajar con la insignia en 2007, junto a su colega, Patricia Lissa. Tras un largo proceso de investigación, las especialistas iniciaron la restauración del textil, que luego de casi dos siglos de vida, estaba frágil, agujereado y había perdido los colores. El trabajo requirió de los conocimientos, las técnicas y las “habilidades médicas” de las restauradoras.
“Nos encontramos con una bandera de 2,40 por 1,60 metros muy deteriorada, de color ocre, con un solo fragmento celeste y blanco. Hicimos un mapeo del deterioro y empezamos a evaluar qué método de restauración seguir. Pero no pudimos avanzar mucho porque el Museo se cerró por orden judicial”, explicó Tamborini. Las restauradoras pudieron volver a acceder al textil seis meses después. Colocaron los fragmentos de la bandera entre dos tules transparentes y dieron puntadas con hilos de seda, utilizando técnicas de costura similares a las de 1800. Para ello, recurrieron a agujas curvas que habitualemente se usan para cirugías de ojos.
Así, lograron que los fragmentos quedaran sostenidos entre los tules sin ser cosidos. De esta manera preservaron lo que quedaba del textil y también se aseguraron de que en el futuro pueda restaurarse nuevamente si aparecen técnicas de restauración mas avanzadas. Luego del largo proceso de costura, las restauradoras unieron las tres franjas de la bandera y armaron una vitrina especial para exhibirla en sentido horizontal, como lo establecen las técnicas de preservación actuales. El proceso de restauración llevó dos años y medio y se realizó en un taller del Museo Histórico en el que se instaló un vidrio para que los visitantes pudieran ver a las restauradoras. Miles de visitantes fueron testigos del enorme trabajo de Tamborini y Lissa.
Testo in italiano
Il 20 giugno in Argentina si celebra il Giorno della Bandiera in onore del suo creatore, Manuel Belgrano. La prima bandiera nazionale, conosciuta come la Bandera de Macha, è stata trovata in una cappella in Bolivia e restituita all’Argentina nel 1896. La bandiera è stata restaurata tra il 2007 e il 2009 da esperti di restauro tessile e ora è esposta presso il Museo Storico Nazionale. Il processo di restauro ha richiesto due anni e mezzo ed è stato eseguito in un laboratorio del museo dove i visitatori potevano vedere le restauratrici al lavoro.
Manuel Belgrano, morto lo stesso giorno nel 1820. Belgrano propose di creare una coccarda nazionale per avere un’insignia comune per l’esercito, e fu il Triumvirato a dare il via libera: “Sia la coccarda nazionale delle Province Unite del Río de la Plata, di colore bianco e celeste”. Così, nel 1812, Belgrano disegnò una bandiera con gli stessi colori, usata per la prima volta nella città di Rosario, sulle rive del fiume Paraná, dove l’esercito giurò fedeltà alla libertà e all’indipendenza. La stessa bandiera fu persa per anni e gli esperti del Museo Storico Nazionale, dove è esposta attualmente, spiegano che si tratta di una delle due Bandiere di Macha, così chiamata perché trovata nel 1883 nella cappella di Titirí, a nord della Bolivia, nella città di Macha. È la prima bandiera patria.
Il processo di restauro del tessuto è tanto affascinante quanto la storia della bandiera stessa, che nel 1812 accompagnò Manuel Belgrano nelle battaglie dell’Alto Perù e che molti anni dopo fu trovata dietro un quadro in una chiesa di Macha, in Bolivia. Era stata nascosta dall’esercito di Belgrano per preservarla dai nemici. La bandiera, insieme ad un’altra bianca con una striscia celeste – denominata Bandera de Sucre – fu trovata da un parroco mentre puliva la sua cappella. Nel 1896 il governo boliviano cedette la Bandera de Macha al Museo Storico Nazionale argentino, dove è esposta da allora. Tamborini ha iniziato a lavorare con l’emblema nel 2007, insieme alla sua collega Patricia Lissa. Dopo un lungo processo di ricerca, le specialiste hanno iniziato il restauro del tessuto, che dopo quasi due secoli di vita era fragile, bucato e aveva perso i colori. Il lavoro ha richiesto le conoscenze, le tecniche e le “abilità mediche” delle restauratrici. “Ci siamo trovate di fronte ad una bandiera di 2,40 per 1,60 metri molto deteriorata, di colore ocra, con un solo frammento celeste e bianco. Abbiamo fatto una mappatura del deterioramento e abbiamo iniziato a valutare quale metodo di restauro seguire. Ma non siamo riuscite ad andare molto avanti perché il museo è stato chiuso per ordine giudiziario”, ha spiegato Tamborini. Le restauratrici hanno potuto accedere nuovamente al tessuto sei mesi dopo. Hanno posizionato i frammenti della bandiera tra due tulle trasparenti e hanno dato punti con fili di seta, utilizzando tecniche di cucito simili a quelle del 1800. Per farlo, hanno utilizzato aghi curvi che di solito vengono utilizzati per le operazioni agli occhi.
Così, hanno fatto in modo che i frammenti fossero sostenuti tra i tuli senza essere cuciti. In questo modo hanno preservato ciò che restava del tessuto e si sono anche assicurate che in futuro possa essere restaurato nuovamente se appaiono tecniche di restauro più avanzate. Dopo il lungo processo di cucitura, le restauratrici hanno unito le tre strisce della bandiera e hanno creato una vetrina speciale per esporla in orizzontale, come stabilito dalle tecniche di conservazione attuali. Il processo di restauro è durato due anni e mezzo ed è stato realizzato in un laboratorio del Museo Storico, dove è stato installato un vetro per permettere ai visitatori di vedere le restauratrici al lavoro. Migliaia di visitatori sono stati testimoni del grande lavoro di Tamborini e Lissa.